Escribir para los algoritmos

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Hacemos una búsqueda en Google. Miles de artículos en décimas de segundo. Pero casi idénticos. Uno tras otro. A menudo lleva mucho tiempo y paciencia encontrar un contenido relevante, competente.

Los algoritmos de Google han evolucionado, y para bien, en favorecer la diversificación de formatos, que sean contenidos actualizados, los aspectos técnicos y de diseño, el rendimiento de la web... Utilizar sus servicios también posiciona, por supuesto.

Pero todos estos aspectos son técnicos, rutinarios, impersonales. Y no digo que esté mal, es positivo que haya unos criterios. Pero ¿qué pasa con la calidad de los contenidos? ¿No debería ser lo principal?

Lo sé, a menudo ese tipo de publicaciones con información básica y asequible es justo lo que buscamos. Simplemente saber qué ordenador o qué cafetera comprar, informaciones generales, etc.

Pero también necesitamos otro tipo de contenidos. Y esos no suelen aparecer en los primeros puestos.

¿Es razonable que un buen contenido (no según Google, sino bueno por su capacidad de aportar e influir) se mida por el número de veces que nombras una palabra y en qué sitios, o por la cantidad de palabras y la longitud de los párrafos?

Los algoritmos, cuando se trata de textos, no promueven la calidad real, sino los que les resulta más fácil de manejar. Nos dicen cómo tenemos que escribir para facilitarles el trabajo, la relevancia del texto, la aportación real ha sido menos importante, y se nota en los resultados.

Y cuidado, que me parece genial que también se tenga en cuenta la legibilidad y otros aspectos externos. Pero en cuanto al contenido propiamente dicho, no son criterios que se tomarían en serio en cualquier otro entorno.

Si aspiramos a mejores resultados de Google y otros buscadores, tenemos que aportar mejores contenidos y hacer mejores búsquedas. ¿Cuánto tiempo vamos a estar escribiendo (quienes lo hagan) para los algoritmos?

Ahora que se está popularizando la Inteligencia Artificial para elaborar contenidos, sería bueno plantearse cómo va a influir. Y cómo van a adaptar esos algoritmos: en teoría no se promueven los textos creados por IA, pero es algo que entra en contradicción con otros de sus mismos criterios. ¿Importará más que nunca, como muchas voces vaticinan o esperan, tener una identidad propia, una marca personal reconocible?

De momento los chatbots de contenidos no hacen más que potenciar esta mediocridad, puesto que se basan en lo que ya existe. Pero es cuestión de poco tiempo, hasta que aprendamos a utilizarlos mejor y ellos terminen de calarnos a nosotros.

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Foto de Google DeepMind en Pexels