Sin ti, mi vida no sería igual (2)
EMAIL MARKETING
Tienes un buen producto o servicio. Y te preguntas por qué otros con una oferta peor consiguen mejores resultados.
A veces te va mejor y otras peor. Hay muchos condicionantes externos y globales, nos pasa a todos.
Pero hay algo que depende de ti y de tu equipo: que en las épocas bajas tus clientes te sigan teniendo presente. Que sigas en sus vidas, preparando el terreno, aportando ideas, previendo. Que sigan recurriendo a ti cuando llegue el momento.
Depende de ti y de tu equipo que sean clientes sean de largo recorrido y atraigan a otros clientes. Si tu producto o servicio es realmente bueno, se correrá la voz, y ya sabes que es la mejor forma de publicidad.
Pero muchos productos o servicios no son para todo el mundo, no son de uso generalizado. En algunos casos el boca a boca puede ser muy lento y limitado: tus clientes no conocen a gente a quien le pueda servir.
Y los testimonios están bien. Pero por muchos que tengas y por muy bien que lo hagas, hay mucho escepticismo, queda forzado. Se han convertido en un tópico, nadie los lee (seguramente nunca llegaron a leerse).
La parte buena es que no tienes que renunciar a ninguna estrategia o recurso que te parezca útil o importante. Solo tienes que adaptarlo para comunicarlo mejor.
TODO cabe en una newsletter. Es un proceso por el que tus clientes van contigo: formas parte de su rutina aportando valor.
Sea cual sea tu estilo, tu tipo de cliente, tu proceso, tu historia. Todo se puede integrar. En una relación directa, sin distracciones. Puedes incluir testimonios, pero comentados al detalle, en su contexto, con su proceso. Que tu cliente se sienta identificado.
Puedes y debes preguntar directamente, sabiendo qué necesitan en cada momento, qué les ha servido más y qué se puede mejorar. Y eso mismo te da material para nuevos correos. Te aseguras de que son útiles a clientes reales.
Confianza. Tendrán confianza. Basada en un beneficio real y contrastable.
En una relación que se evoluciona a la par que tu experiencia profesional.
Y puedes y debes probar. Probar qué funciona y qué no, sin costes añadidos, con datos fáciles de recoger e interpretar. No desaproveches ningún correo de ningún cliente, real, potencial o posible.
Lleva su tiempo, pero merece mucho la pena: son resultados previsibles, progresivos, recurrentes y que fidelizan.
¿Qué más se puede pedir?
Ángel González Palenzuela
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