Un gran plan
CULTURA DE VENTAS
Este caso es de hace 130 años, pero podría ser de mucho antes. Y lo protagoniza además el gran Sherlock Holmes (aún hay quien afirma que es un personaje de ficción).
Se llama El hombre del labio torcido (The Man With the Twisted Lip, 1891). Si tienes intención de leer el relato o de ver alguna versión (hay varias) no sigas leyendo.
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Suponiendo que conoces la historia o que no te importa que te la destripe, va de un periodista que gana mucho más mendigando que en la redacción del periódico. Pero no gana más porque sí, lo hace gracias a su plan de negocio:
Ve la oportunidad: lo que era un hecho puntual (en el pasado se había disfrazado de mendigo para escribir un artículo) se convierte en una opción laboral.
Se adapta al mercado: crea un personaje concienzudamente (resulta totalmente creíble e irreconocible).
Aprovecha su experiencia y capacidades: su aprendizaje como actor aficionado, su conocimiento de Shakespeare, su anonimato.
Conoce a su «buyer persona»: es decir, la clase media alta a la que pertenece.
Crea una logística: alquila un desván en el centro de la ciudad donde poder transformarse de hombre de familia convencional... a un pordiosero difícil de ignorar.
Destaca de la competencia: los demás piden, suplican, llaman la atención sobre su miseria… Él declama poesía, cuenta historias y provoca a los transeúntes.
Merece la pena revisar el relato, naturalmente todo se complica y da mucho de sí; y tiene un estupendo comienzo.
Conozco la versión de 1984 de Granada TV con el magnífico Jeremy Brett como el famoso detective.
Ángel González Palenzuela
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