¿Seguro que es debilidad?
EMPRENDIMIENTO
En una serie americana de estas, de listillos resolviendo crímenes, uno decía algo así como que «el olfato es el sentido más débil».
Protesto. Normalmente me siento muy apabullado por cómo resuelven crímenes y por lo listos que son. Pero en este caso no estoy de acuerdo.
Es verdad que, al poco tiempo de que nos llegue un olor, dejamos de notarlo. «Te vuelves tonto de narices», como dice un anuncio de televisión.
Pero eso no es debilidad. Es adaptabilidad.
Cuando estamos activos, no necesitamos dejar de ver a ratos, ni necesitamos perder el tacto o la audición. Y el gusto responde a los estímulos que nosotros le damos. El olfato es otra cosa.
Imagínate que nunca dejaras de oler. Sobre todo, si es un olor desagradable. Y aunque fuera un olor agradable, imagínate que fuera continuo, que siguieras oliendo todo el tiempo, con la misma intensidad. Para empezar, el olfato perdería su eficacia.
Estamos diseñados para percibir un peligro o seguir un rastro. Y aunque comparados con algunos animales somos muy, muy limitados, nos basta para conseguir el aviso, el estímulo necesario para reaccionar. Y para disfrutar mucho más de una comida.
Cada sentido funciona en la medida en que se necesita.
¿Tiene esto algo que ver con ventas? ¿O tal vez con el uso de tanta herramienta en el mundo digital?
A mí, como a la mayoría de las personas que han empezado su propio emprendimiento, también me ha pasado: acumulas herramientas, estás siempre pendiente de la gran última novedad, esperando que esta vez sí, esta vez te quite un montón de trabajo o te facilite algún proceso.
Con el tiempo he aprendido a utilizar las mínimas herramientas posibles y a irlas conociendo y utilizando al máximo. Es entonces cuando sabes si responde a tus necesidades y si una novedad puede marcar la diferencia.
Ángel González Palenzuela
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